martes, 5 de junio de 2007

De amor

Hace no mucho, antes de animarme a crear un blog, leía en otros sus historias, buenas o malas, en torno a este sentimiento. La única conclusión a la que puedo llegar es que todos, absolutamente todos, tengamos una pareja o no, estamos siempre al pendiente del amor.
En mi caso, desde hace más de dos años no siento esas mariposas en el estómago cuando escuchas su voz, cuando lo ves acercarse, cuando descubres un detalle bajo la almohada. Mucho menos tengo esa necesidad de verlo, de conversar, de escuchar, de sentir la cercanía de su cuerpo.
Y es que he perdido esas mariposas y esa necesidad porque decidí no tener al amor cerca. A veces hay que sacrificarlo para alcanzar algo más lejano que se esperaba desde antes. Lo cierto es que, aún sin tenerlo, no dejo de estar pendiente de él.

viernes, 1 de junio de 2007

Como de Lost

He recibido mis primeros comentarios al blog, los cuales agradezco enormemente. Y hay algo muy cagado: Hace muchos años conocí en la primaria a una amiga, Iliana, que era, o es, unos años más chica que yo. Pasaron los años, ella se cambió de escuela en la prepa y no la volví a ver hasta muchos años después, en CU. Yo había terminado la carrera y ella, después de cambiarse no sé cuántas veces de carrera, curiosamente, pasó de la filosofía a estudiar lo mismo que yo. Incluso en ese entonces tomaba el mismo diplomado en edición que yo había tomado cuatro años antes.
Otra vez perdimos contacto hasta hace unos meses, en que nos encontramos en un curso de planeación de libros de texto que impartió la UNAM (Salve!). Resultó que ahora, al igual que yo, edita libros de texto para una pequeña editorial. Lo más loco, como de Lost, es que cuando nos reencontramos ella iniciaba una terapia psicoanalítica (dicho sea de paso, no la veo tan loca como a mí).
Ésta es una cordial invitación para Iliana: dado que somos tan semejantes, y dado que a mí esto del blog me está gustando, quisiera invitarla a compartir conmigo esta página. Compartir el blog. Si te late, ya sabes donde encontrarme.

miércoles, 30 de mayo de 2007

Libros de texto

Pues eso de trabajar con libros de texto no es del todo lo mío. Sí, me fascina la edición, pero los libros de texto son una friega, o al menos los que ahora hacemos en la editorial para las secundarias oficiales, lo son. Y ni siquiera creo que la friega sea hacer los libros, más bien es tratar con la SEP. No sé si es triste o sumamente molesto, pero los niveles de burocracia y pendejez que se cargan los encargados de educar al país están gruesos y asustan. Pero mi amiga Iliana es mi esperanza, ella dice que al menos a algunos salvaremos con los libros.
Recuerdo los libros de texto que yo llevaba en la secundaria. No tienen nada que ver con los de ahora. Por supuesto, entre todos los que llevaba destaca el Álgebra, de Baldor, del cual hice todas y cada una de las misceláneas. Wagh!
Y antes de la secundaria recuerdo Mi libro mágico. Creo que todos tenemos algún libro de texto que nos marcó para el futuro, el que estamos viviendo ahora.

p.s. Y no, no me saqué el Melate.

jueves, 17 de mayo de 2007

Sexo en el diván

En realidad mi psicoanalista nunca me ha pedido que me recueste en el diván para hablar. Platicamos en una especie de salita sentados como si estuvieramos tomando té, y digo té, porque la mesita que tiene parece de té, no de café. Pero esa no es la anécdota de este post.

Ayer, en una sesión de cuarenta y cinco minutos, me hizo hablar de lo que estuve esperando durante todos los meses que llevo de terapia: de sexo. La pregunta surgió a raiz de que yo le contara de mi primer novio en la prepa, hace ya unos cuantos años. Me preguntó: ¿con él tuviste relaciones? Y yo dije "no". Porque la verdad es que no, creo que nunca me dieron ganas siquiera.

Y luego me pidió que le contara de las siguientes relaciones que tuve. Y ahí fue donde todo comenzó. Sabía muy bien que lo que le interesaba era saber cómo andaba mi vida sexual, con quién, dónde, cuándo, por qué, así que dije ¿y por qué no contarle, si para eso le pago? Y sí, salió la historia de la primera vez...

La verdad fue sólo por curiosidad, y porque mis amigas no se me adelantaran; y creo que no se me adelantaron. Mi amigo, porque nunca pasó a ser otra cosa más que eso, es ahora un cuate de 36 años que acaba de estrenarse como papá. (Hace apenas dos meses fui invitada al shower de su chava y mientras ella agradecía mi presencia yo pensaba en cómo era posible que, siendo tan distintas, nos hubieramos cogido al mismo hombre.) Yo tenía 19 años y no, no fue nada de lo que yo esperaba, al menos no esa primera vez. Recuerdo el pinche miedo mío de seguromevadolerunchingo, y sus risas previas de neltúnoeresvirgen.

Y no, este no es un post con sentimiento, porque ahora que lo recuerdo, con todo y los nervios, la inexperiencia, lo doloroso, fue muy cagado. Fue malo, pésimo sexo de principiante, pero un recuerdo cagado. Más cagado aún cuando su hermano se enteró y terminó conmigo después de dos años de platónico romance.

miércoles, 16 de mayo de 2007

Ya me vi...

Tengo mucho, mucho trabajo: en dos horas tengo una reunión y no he acabado de leer los textos que se necesitan para ello. Me preocupa mi pereza. No es que no me guste lo que hago, ni siquiera que ya no quiera hacerlo, sólo estoy aburrida. R, mi psicoanalista, dice que es parte del proceso; a veces lo dudo, igual es sólo el calor y ya. Lo que sí me está pasando es que tengo un chorro de recuerdos de la infancia y la adolescencia, lo que me ha llevado a escuchar música ochentera: a los Hombres G, específicamente. ¿Por qué será que hay canciones que te transportan no sólo a un momento, sino a toda una época de tu vida?

Y acabo de jugar al Melate. (Ya me vi...) Estoy en ese estado en el que uno se abstrae y piensa en qué va a hacer con toda la lana que se saque. Como cuando de niño te ibas a dormir justo la noche antes de que llegara Santa Clos o los Reyes y pensabas en todo lo que ibas a hacer al día siguiente con lo que te trajeran.

...¿Y si de veras me lo saco?

martes, 15 de mayo de 2007

¿De qué se trata?

Después de navegar por varios meses por un sinnúmero de blogs acabé haciendo lo que desde el inicio supuse: crear uno propio. ¿De qué se trata?, fue la pregunta que, blog tras blog me hice al leerlos. Resulta que hay quien escribe para que lo lean, quien lo hace para leerse a sí mismo, para darse a notar, para mostrar su coraje ante la vida o ante el mundo o ante su propio ser; también hay quien lo hace para difundir algo: desde sus sentimientos hasta sus aficiones o su trabajo. Y el mundo editorial está tan menospreciado, tan poco leído. Cuando le dices a alguien “soy editora”, la primera reacción es un “¡ay, qué padre!”, para luego preguntar “¿y qué haces?”. Y uno se pregunta: ¿Por qué carajos dijo qué padre si no tiene ni puta idea?

Después de leer un sinnúmero de blogs y darme cuenta de que cada quien escribe y publica lo que quiere sin necesidad de que lo editen, me aventuro a hacer lo mismo.

Soy editora, como dice en el perfil, por herencia y por destino. Desde hace algunos meses batallo, además, con mi inconsciente, dentro y fuera del consultorio de mi psicoanalista.